Cómo elegir bien a tu profesor de Pilates
Ya te han contado los beneficios del Pilates.
Incluso tus amigas lo han experimentado y te cuentan con entusiasmo los resultados que han notado.
Es más, hasta el médico te ha recomendado ir a sesiones de Pilates.
¡Estupendo!
Lo tienes claro: Este año empiezas Pilates.
Ahora llega la primera cuestión.
¿Dónde hacer clases de Pilates?
Primero piensa en lo siguiente:
Qué se adapta mejor a tu estilo de vida, ¿ir a un estudio de Pilates en persona o hacer clases de Pilates online?
¿Vas a empezar con Pilates suelo o máquinas?
¿Irás a un estudio especializado o a un gimnasio en el que hay más clases?
Empecemos por el LUGAR.
Si tienes disponibilidad horaria, ir a un lugar y que te corrijan en persona es lo ideal. El instructor de Pilates verá tus movimientos y podrá ayudarte a mejorar las posturas a tiempo real.
Sin embargo, si tus horarios son limitados, opta por las sesiones online. Podrás hacerlas a tu ritmo, escogiendo tu nivel, la duración y la zona del cuerpo que quieras trabajar cada día.
¿Qué es mejor, Pilates suelo o máquinas?
No es una mejor no peor que la otra.
Con Pilates suelo aprenderás las bases del método con tu propio cuerpo y también puedes incorporar distintos elementos para progresar (como pelota, banda elástica, pesas…).
Con Pilates máquinas los muelles pueden ayudar a personas con movilidad reducida a llegar a ciertos movimientos y también pueden retar muchos ejercicios siendo un gran aliado como complemento para deportistas de alto nivel.
Hagas Pilates suelo (Mat) o Pilates con aparatos, en ambas tendrás que aprender las bases del método, que serán tus aliadas para trabajar todo tu cuerpo al 100% y sentir realmente los beneficios.
¿Gimnasio o centro de Pilates?
¡Centro especializado de Pilates!
Sin duda.
En los centros especializados tendrás menos personas en cada clase (entre 3 y 5), por lo que el profesor podrá corregirte y conocerte mucho mejor.
Además los monitores de este tipo de centros solemos tener una importante formación de calidad a nuestras espaldas. Además de la formación completa de instructor de Pilates, numerosos cursos y eventos extras que nos van haciendo mejores profesionales cada año.
No quiere decir que no haya algún profesor bueno en los gimnasios, pero si tiene a 20 personas en clase y además cada día son personas diferentes, es difícil conocer las lesiones de cada uno y adaptar la clase a todos los niveles y más aún corregir a cada persona.
Probando una clase de Pilates
Ahora pregunta a las personas de tu alrededor ¿alguien que conoces, va a clases ya? ¿qué tal se siente? ¿la profesora o profesor es empático/a? ¿se le entiende bien? ¿Qué formación tiene? ¿Tiene experiencia?
Y sobre todo…¡prueba!
Porque cada persona somos un mundo y busca alguien con quien te sientas bien, ya que… ¡vas a pasar un tiempo en sus clases!
Además de tener una buena formación, el profesor debe saber transmitir de forma fácil los conceptos difíciles.
Huye de quien te hable de “conectar escápulas”, “activar el suelo pélvico”, etc…y no te explique en profundidad, de forma sencilla y entendible cómo hacerlo.
Date un tiempo de prueba
Seguro que la 1º clase no es muy divertida…lo sé.
Pero dale tiempo al profesor y date tiempo a tí misma para ir conociendo el método.
En dos semanas no te ha dado tiempo a ver todas las posibilidades que ofrece este método y mucho menos a sentir todos los cambios en tu cuerpo.
Yo le daría 3 meses de prueba.
Así te dará tiempo a asentar las bases, a ver numerosos ejercicios y divertirte con un sinfín de posibilidades.
Y sobre todo, entonces empezarás a sentir los cambios en tu cuerpo, sintiéndote más firme, más ágil y con energía.
¡Y habrás descubierto músculos en tu cuerpo que antes pasaban desapercibidos!
Descubre todos los secretos del método Pilates aquí:
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